EL MÉTODO DEL DIARIO INTENSIVO DE IRA PROGOFF

Ira Progoff, creador del método del diario intensivo, fue un psicólogo junguiano que de hecho fue alumno de Carl Jung en Suiza durante los años 50 del siglo pasado. Progoff se interesó por la psicología holística profunda y, como seguidor de la corriente analítica, su visión tiene un componente altamente espiritual.

Diario Intensivo Ira Progoff

El nacimiento del método del diario intensivo

Como ya sabemos, la escritura terapéutica no siempre es sinónimo de escribir un diario, ni todos los diarios son una forma de escritura terapéutica. A partir de esta observación, Progoff elevó a la categoría de método terapéutico lo que hasta entonces se consideraba simplemente una forma de desahogo personal. A mediados de los años 60 creó su método «Intensive Journal» o “diario intensivo” y lo fue refinando durante los 70. En 1975, apareció la primera edición de su obra At a Journal Workshop, en la que expone la práctica del método del diario intensivo para el crecimiento espiritual y personal.

El programa y los talleres

Durante la década de los 70, Progoff ya impartía talleres sobre su método en Estados Unidos y Canadá. Además, creó el Programa del Diario Intensivo con coaches certificados, para asegurar que su método y sus talleres fuesen 100 % suyos, y que no se fuesen adulterando con las aproximaciones de terapeutas externos. Hoy día este programa sigue en activo y se ofrecen talleres certificados en todo el mundo. Aunque los talleres a veces se ofrecen también en cárceles, hospitales, o centros de salud mental, en realidad están pensados para apoyar el crecimiento personal de cualquier persona, independientemente de sus problemas emocionales o su salud mental. Es decir, la finalidad del método de Progoff no es sanar con palabras, como la escritura expresiva de James Pennebaker, sino que es una herramienta de conexión con el inconsciente y el mundo interno. De hecho, la técnica del diario intensivo no solo hace uso de la palabra escrita, sino que incluye también técnicas de meditación.

Pautas para escribir en el diario intensivo

El método del diario intensivo sigue un procedimiento bastante específico. Para empezar, no basta con comprarte un cuaderno en cualquier librería y ponerte a escribir. Progoff indica específicamente que hay que usar un archivador de anillas con separadores. Más concretamente de tres anillas, que yo no sé si será una cosa típica de Estados Unidos, ya que en Europa suelen encontrarse más con dos anillas o con “multianillas”. Aunque el método indica específicamente que sean tres, quizás tengamos que conformarnos con cualquier archivador de anillas (y quien lo encuentre de tres, que sepa que ya tiene el “cielo progoffiano” ganado).

A las hojas que introduzcamos en el archivador hay que ponerles un separador por cada área de la vida que vayamos a tratar en el diario: relaciones personales, trabajo, salud, intereses, sueños, espiritualidad… Este último punto es crucial, ya que, según Progoff, si se escribe sin categorizar el material según los distintos aspectos vitales, gran parte del trabajo de escritura se perderá en la vorágine de las páginas, volviendo a escribir en círculos sobre los mismos temas. Por lo tanto, es imprescindible realizar una clasificación metódica del material escrito sobre cada área. Además, los diferentes apartados del diario no solamente cubren hechos biográficos. Eso constituye solo el apartado de la “Historia de vida”. El diario también abarca otras áreas, como la denominada “Dimensión profunda”, que incluye sueños y diálogo interno, y la “Dimensión de sentido”, un viaje espiritual que integra meditaciones y trabajo con cristales.

Una dimensión espiritual del journaling

Como conclusión, el diario intensivo de Ira Progoff es una forma muy metodológica y estructurada de hacer journaling, pero que a la vez (y en cierto modo, paradójicamente) es una aproximación espiritual a la palabra escrita como herramienta terapéutica. La intención última del Diario Intensivo no es sanar traumas del pasado ni expresar emociones, sino conocerse a uno mismo. Además lleva impreso el sello junguiano en ciertos aspectos como sus ejercicios de meditación, sus diálogos con el Sabio Interior o la interpretación de los sueños. Sin duda, no es un método para todos, pero si eres entusiasta de los diarios personales y estás abierto/a a esta dimensión espiritual del journaling, esta herramienta puede ser un guía incomparable en tu camino hacia el autoconocimiento.

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